Hace cinco años nació un movimiento en Austria que proponía cambiar las prioridades de la economía capitalista, y poner por delante el bien común de la sociedad. Este modelo que puede parecer marciano en estos tiempos, ya está funcionando oficialmente en España, y Valencia podría ser su sede estatal. De esta manera en octubre se constituirá la Asociación Española para el Fomento del Bien Común, desde donde se coordinará y orientará a las empresas, entidades o municipios interesados en el movimiento.
La Economía del Bien Común ideada por el economista Christian Felber pasó de las páginas de un «best seller» a la práctica real en Austria. Ya existen mundialmente una universidad, tres bancos y 700 empresas „cien de ellas españolas„ que se han apuntado al movimiento. Esto significa que estas empresas se han auditado para medir los 17 factores que el Bien Común considera claves para saber si una empresa aporta bienestar o no a la sociedad, después del estudio se suman los puntos y la puntuación añade un color al producto „verde para los más justos y rojo para los que menos aportan al bien común„, esto permite al consumidor saber si lo que compra sigue los valores de cooperación y contribución al bien común, y no sólo persigue el lucro y la competencia. Este movimiento alternativo se ha extendido a Italia, Alemania, Suiza y España. Aquí empezó a funcionar oficialmente en julio, y en octubre se elegirá la sede nacional. «Valencia se ha presentado formalmente como una fuerte candidata para ser la sede de la Asociación por el bien común» afirma Lola López que se hace cargo de la comunicación del movimiento en la Comunitat Valenciana. Sí, al territorio valenciano ha llegado esta nueva manera de entender la empresa, y existen ejemplos prácticos y pioneros en España. Entre ellos está la empresa vitivinícola Celler la Muntanya y su iniciativa «Microvinyes» que impulsó Juan Cascant hace unos años, y también el municipio Muro d´Alcoi y sus acciones para convertirse en el primer municipio español del bien común.
«A nivel voluntarios, el porcentaje de valenciano está por encima del 10 % del peso nacional» comenta Lola López. El representante del movimiento en España también es valenciano, Paco Álvarez antiguo vicepresidente de la Bolsa de París y ex-director de la de Valencia, que colgó el hábito de empresario, para predicar por el bien común. «En Austria están muy sorprendidos con el activismo español, y en especial con la Comunitat Valenciana» cuenta Álvarez, que afirma «hemos hecho lo más importante, que es empezar. Hay que ser optimistas pero sobre todo pacientes». El modelo del bien común no se debe tomar como la panacea para salir de la crisis, es más bien un cambio total de estructura y perspectiva a largo plazo. Felber muestra en su libro como «a nivel microeconómico el beneficio financiero no mide si una empresa crea empleo o lo destruye, si cuida el medio ambiente, si trata igual a trabajadores que a trabajadoras, o si lo que hace es producir armas o cultivar comestibles sostenibles regionales», por lo que la economía del bien común lo que propone es cambiar estos parámetros monetarios por otros que midan lo que aportan las empresas a la sociedad.
Según Paco Álvarez las expectativas puestas en España «son muy buenas», el economista plantea que la crisis ha permitido «que nos replanteemos el modelo económico, que antes se daba por hecho porque es un modelo muy inscrito por la educación que no se cuestiona». Pero también puntualiza que el modelo del bien común «no es un proyecto que huye del beneficio económico». Y es que se puede pensar que estos cambios son utópicos y no cabrían en la mente de ningún empresario que busque el beneficio, pero como explica Felber, el movimiento propone que las empresas que se auditen y obtengan una buena puntuación en su balance del bien común tengan ventajas y sus productos cuesten más baratos al consumidor. Para esto se proponen ventajas legales como: menores impuestos, menores tarifas aduaneras, créditos con interés reducido o prioridad en la compra pública. Todas estás propuestas y empresas españolas en pro de redefinir el concepto de éxito económico se conocerán en septiembre a través de un lista que está preparando la «EBC».
